LAS PRIMERAS CONSTRUCCIONES MONUMENTALES DE GALICIA
Con el término megalito, que viene a significar ‘piedra grande’ (del griego antiguo megas = grande, lithos = piedra), se identifica de modo genérico una construcción de carácter funerario, formada por un montículo de tierra o piedras (túmulo) con forma hemisférica y de dimensiones a veces monumentales, que suele esconder en su interior una estructura hecha con grandes piedras (cámara). También resulta frecuente la construcción de un anillo pétreo perimetral marcando el inicio de la elevación tumular.
Para construir las cámaras funerarias se colocan varias piedras verticales, clavadas en la tierra, y otras de forma horizontal a modo de tapa o cubierta de las primeras. Existen diversas y variadas tipologías: con corredor de acceso, totalmente cerradas, poligonales, circulares, cistas, etc.; y a veces están decoradas en su interior con grabados o pinturas. También son conocidas con la denominación de dolmen (en bretón, mesa de piedra) o, popularmente en
Galicia y Portugal, como arcas, antas, etc...
Cámara cerrada poligonal |
Cámara con corredor |
Cista |
Sin embargo, muchas veces ocurre que los túmulos (que pueden estar cubiertos de una coraza de piedras) carecen de arquitectura megalítica interior, siendo ésta substituida por otro tipo de estructuras más sencillas y de menor tamaño: fosas, pequeñas losas clavadas a modo de estela, incluso estructuras hechas con madera, etc. Este hecho también puede condicionar las dimensiones del monumento, existiendo una gran variabilidad de tamaños: entre 10 y 50 cm de diámetro y alturas que van desde apenas unos centímetros hasta 3 o 4 m.
Si bien algunas de estas construcciones, sobre todo las grandes cámaras megalíticas, eran sepulturas colectivas, dentro del fenómeno tumular también existen sepulturas individuales (como por ejemplo las denominadas cistas).
Sepultura individual o Cista |
La forma y dimensiones de estas sepulturas nos indican que estamos delante de una estructura claramente monumental, por lo que podemos hablar de la primera arquitectura de Galicia realizada con este sentido. Su tridimensionalidad, volumen, materiales, simetría y ubicación en el paisaje son las que nos permiten afirmar que estamos ante una obra hecha por el hombre que tiene el mismo valor arquitectónico que una catedral o uno de los rascacielos actuales. |
Hay que relacionar el megalitismo gallego con los monumentos emplazados dentro de la fachada atlántica europea; probablemente los primeros (de pequeño tamaño) comienzan a levantarse a partir de 4300-4000 a.C. En la misma época en la que se construían estos primeros túmulos en el noreste peninsular, en la Bretaña francesa o en las Islas Británicas aparecían enormes estructuras tumulares, que incluso podían albergar varias cámaras megalíticas funerarias de carácter claramente colectivo.
Túmulo de West Kennet
(Gran Bretaña) |
Megalitismo en Europa |
En estas zonas de la Europa atlántica también aparecen otros tipos de arquitecturas megalíticas. Se trata de los denominados menhires: piedras de grandes dimensiones clavadas en el suelo (en Galicia pedrafitas) y que podían estar alineadas o formando círculos (cromlech en lengua bretona), de los que se desconoce su función y significado concretos.
Los monumentos más emblemáticos dentro de esta tipología son los impresionantes anillos de piedra de Stonehenge (Wessex - Inglaterra), o las larguísimas alineaciones de Carnac en la Bretaña francesa. Por el contrario, lo más parecido en Galicia a estas grandes estructuras de piedras clavadas en el suelo es la conocida Lapa de Gargantáns (Moraña -Pontevedra), un monolito de más de 2 metros de altura, o los círculos de piedra de A Mourela (As Pontes – A Coruña).